Un chip de ADN (del
inglés DNA microarray) es una superficie sólida a la cual se une una colección de fragmentos de ADN. Las superficies empleadas para fijar
el ADN son muy variables y pueden ser de vidrio, plástico e incluso de silicio.
Los chips de ADN se usan para analizar la expresión diferencial de genes, monitorizándose
los niveles de miles de ellos de forma simultánea. Su funcionamiento consiste,
básicamente, en medir el nivel de hibridación entre la sonda específica, y la molécula diana, indicándose generalmente
mediante fluorescencia y analizándose por análisis de imagen,
lo cual nos indicará el nivel de la expresión del gen.
Suelen utilizarse para
identificar genes con una expresión diferencial bajo condiciones distintas. Por
ejemplo, para detectar genes que producen ciertas enfermedades mediante la comparación de los niveles
de expresión entre células sanas
y células que están desarrollando ciertos tipos de enfermedades.
También se puede usar para el diagnóstico de neumonía y de muchas enfermedades.